Si te has interesado por el mundo vegano, ya sea porque forma parte de tu estilo de vida o por simple curiosidad, seguro que has visto muchas referencias a un concepto que se conoce como “especismo”. ¿Sabes qué significa?
Básicamente, el especismo engloba a ese conjunto de creencias, tradiciones y sesgos culturales que justifican todo tipo de conductas que desde un punto de vista animalista nos parecen intolerables. Entre otros comportamientos, el especismo es la razón por la que muchas personas no consideran inmoral consumir otros animales, vestir sus pieles o divertirse viendo como los explotan en un circo o un zoo.
Para evitar la explotación de otros animales, uno de los primeros puntos de actuación es erradicar el especismo. De hecho, combatir tus propias creencias especistas es un paso fundamental si quieres avanzar hacia un estilo de vida vegano.
Aunque claro, para saber exactamente contra qué tienes que luchar y cómo es fundamental que comprendas bien en qué consiste este concepto. Por eso, en este artículo te explico qué es el especismo y cómo ha evolucionado en los últimos tiempos, te cuento cuáles son los principales ámbitos en los que se desarrolla y te explico qué puedes hacer tú para combatir el especismo, tanto desde un punto de vista individual como colectivo.
¿Qué es el especismo?
Aunque hay muchas formas de entender este concepto, para mí, el especismo es la creencia de que el ser humano es superior al resto de animales y también la idea de que existen animales superiores a otros.
Mi idea difiere un poco de las definiciones clásicas que podemos encontrar en fuentes como la Real Academia Española, vamos a ver primero cómo define la RAE al especismo:
“Especismo (De especie e -ismo, por adapt. del inglés. speciesism.)
1. m. Discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores.
2. m. Creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio.”
Wikipedia, por otro lado, define especismo de la siguiente forma:
“El especismo es una forma de discriminación basada en la pertenencia a una especie. Implica tratar a los miembros de una especie como más importantes que los miembros de otras moralmente, aunque sus intereses sean equivalentes.”
Ambas definiciones tienen varios puntos en común. El más importante es que las dos hacen referencia al concepto de “discriminación” aunque presta atención a un punto muy importante, la RAE dice que la discriminación afecta a todos los animales mientras que la Wikipedia hace referencia al concepto “especie”. Ahí está la clave.
Hace años, en la época de nuestros abuelos e incluso en la de nuestros padres, todos los animales eran discriminados por igual por la mayoría de la sociedad. El ser humano era percibido como una especie -la única- superior que podía tratar a cualquier otro animal a su antojo. Filósofos como Kant justificaban el especismo señalando que el ser humano debía ser superior por ser el único animal racional mientras que la mayoría de corrientes religiosas perciben a los animales como un regalo de Dios puesto a nuestro servicio.
Sin embargo, actualmente lo que impera es una discriminación por especie. En mi opinión, esto hace que el especismo cobre un matiz mucho más oscuro y perverso. ¿Por qué? Porque ahora la creencia más extendida es que el ser humano es superior pero además existe una jerarquía entre animales.
En la actualidad podemos ver a muchas personas que se escandalizan cuando oyen hablar de que en ciertas festividades de países asiáticos se consume carne de perro pero no se inmutan cuando comen carne de vaca, cerdo o pollo. También nos encontramos con personas que se declaran animalistas y que defienden que su perro o gato es uno más de la familia pero toleran o participan en la explotación del resto de animales.
Estos son tan solo algunos de los ejemplos de especismo más crueles que podemos ver en nuestro día a día, en los siguientes puntos te cuento algunas de las situaciones de explotación más comunes que se dan debido a esta creencia.
Animales vs mascotas
Como comentaba en el punto anterior, el especismo ha ido tomando un matiz bastante perverso en los últimos años; estableciendo jerarquías entre diferentes tipos de animales. El ejemplo más claro es la distinción entre animales y mascotas.
El término “mascota” sería en sí mismo un concepto cargado de un matiz especista ya que implica una posesión y una jerarquía aunque considero que es el más adecuado para explicar esta problemática.
Cuando hablo de la distinción entre animales y mascotas me refiero a la gran cantidad de personas que, como explicaba en el punto anterior, adoran principalmente a los perros y gatos y se escandalizan ante cualquier situación de abuso que puedan sufrir pero tolera o participa de la explotación de cualquier otra especie.
Un ejemplo claro del matiz que está tomando la visión especista es el gran revuelo y movilización social que provocó el caso Vivotecnia. Se recogieron más de un millón de firmas para evitar el sacrificio de unos cachorros de Beagle que habían sido utilizados en las pruebas para un medicamento. También hubo grandes movilizaciones para prohibir el cese de este laboratorio de los horrores cuando se filtraron imágenes del abuso que sufrían estos cachorros por parte del personal clínico.
Ante este caso, las redes se llenaron de fotos del cachorro conocido como 32, así como de viñetas, recogidas de firmas y miles de denuncias. Por supuesto que esta actuación es loable pero, sin embargo, es fruto del especismo. ¿Por qué? Porque la gran mayoría de personas que puso el grito en el cielo ante el abuso de un lindo cachorrito de raza ha estado haciendo oídos sordos a los horrores que soportan a diario miles de animales de otras especies como conejos o ratones.
Aunque, la distinción entre animales y mascotas no debe de extrañarnos, es algo que se da incluso a nivel legislativo. La nueva ley de protección animal propuesta por nuestro Gobierno es sin duda uno de los mayores ejemplos de especismo que he visto en los últimos años. A pesar de que esta ley da unos importantes pasos adelante en materia de protección animal se atreve a hacer una distinción incluso entre animales de la misma especie. Los perros de caza se quedan totalmente desprotegidos simplemente por haber sido registrados como tal.
Ámbitos en los que se desarrolla el especismo
El especismo está presente en las principales áreas de la vida de un ser humano. Por eso, combatirlo resulta a veces tan complicado.
Por supuesto, lo primero que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de este problema es la industria alimentaria pero esta discriminación y explotación animal también está presente en la industria de la moda, en el entretenimiento y en la experimentación, tanto con fines médicos como estéticos.
Industria alimentaria
Aunque el caso de la industria alimentaria es el ejemplo más grave y extendido de especismo, considero que también es el más sencillo de comprender.
Cualquiera puede entender que el consumo de carne implica la muerte de un ser sintiente que tiene las mismas ganas de vivir que la persona que está poniéndolo en su plato. Del mismo modo, es fácil de entender que cuando alguien quita la vida a otro ser vivo por su propio placer lo hace porque se considera superior. Especialmente teniendo en cuenta que hoy en día existen alternativas saludables y deliciosas para llevar una vida libre de sufrimiento animal.
El especismo justifica el consumo de carne señalando que el ser humano tiene el derecho a consumir esos animales o presentando alternativas que hacen que aquellos y aquellas ciertos reparos puedan sentirse mejor (sellos de bienestar animal, imágenes idílicas de vaquitas pastando libres y felices, etc).
También existen otras justificaciones como indicar que un consumo de productos animales es más beneficioso para la salud o mi argumento «favorito», decir que ser vegano es caro.
Industria de la moda
Este quizá sea el punto que parece más superado a día de hoy aunque siempre existen ciertos matices. Actualmente, hay una creencia muy extendida de que la mayoría de personas valoran alternativas veganas del cuero y rechazan el sacrificio de animales únicamente por su piel o pelo.
Sin embargo, la realidad no es tan bonita como parece. Para empezar, aunque mucha gente rechaza los abrigos de pelo o las chaquetas de piel; flaquea a la hora de consumir otros productos que si bien no son íntegramente de piel, llevan componentes que sí son de origen animal. El calzado es el ejemplo más extendido. Si no eres vegano, ¿te has planteado alguna vez de qué materiales están hechos tus zapatos?
Por otro lado, otra situación de abuso animal que se da frecuentemente en la industria textil y que suele pasar desapercibida -incluso por parte de algunos veganos y vegetarianos- está relacionado con la lana. A pesar de que no implica la muerte del animal, en la mayoría de las ocasiones, la industria de la lana supone todo un tormento para las ovejas o las alpacas.
Entretenimiento
Hoy en día, los animales siguen siendo utilizados en zoológicos, circos, carreras, peleas, acuarios, delfinarios, corridas de toros, carruajes turísticos, deportes ecuestres y todo tipo de espectáculos.
La única finalidad en estos casos es divertir, entretener o deleitar al ser humano mientras el explotador se lucra gracias a esta situación de abuso.
Los animales que son empleados en la industria del entretenimiento viven en cautividad y son privados de sus necesidades individuales y sociales básicas.
Por ejemplo, todos los veranos multitud de caballos fallecen llevando coches con el único fin de entretener a unos turistas y lucrar al explotador.
Experimentación
La experimentación en animales puede darse tanto en entornos médicos como en cosmética. Cada vez hay más personas que optan por cosméticos cruelty free, incluso no siendo veganas o vegetarianas. De hecho, estamos dando muchos pasos para lograr una Europa sin ensayos con animales para fines cosméticos. Sin embargo, luchar contra la experimentación con animales en entornos médicos quizá sea el mayor reto a la hora de combatir el especismo.
La mayoría de las personas pueden comprender que abusar de animales por mero entretenimiento o sacrificarlos para lucir sus pieles no es moral. Sin embargo, junto con la alimentación, la experimentación con animales es algo que se justifica como necesario para el progreso de la medicina.
Sin embargo, como señalan en este informe con argumentos científicos contra la experimentación animal, muchos de los resultados que pueden obtenerse mediante la investigación con animales no son extrapolables a los seres humanos. Por lo tanto, este sufrimiento no sirve para nada.
¿Qué podemos hacer para luchar contra el especismo?
Ahora que ya sabes qué es el especismo y todas las formas en las que puede manifestarse es probable que te preguntes qué puedes hacer tú.
Lo primero que necesitas saber es que puedes actuar tanto a nivel individual como colectivo.
¿Cómo luchar contra el especismo a nivel individual?
El cambio personal es el más sencillo, simplemente rechaza cualquier tipo de práctica que implique la explotación de otros seres sintientes.
Suena simple, ¿verdad? Es más complicado de lo que parece y, por supuesto, no es un cambio que pueda conseguirse de la noche a la mañana.
El primer paso sería transitar hacia un estilo de vida plant based o, al menos, reduccionista. Si necesitas algunas pistas, no te pierdas el artículo en el que te cuento cómo empezar a ser vegano. Otro punto primordial es extender este rechazo al abuso animal a todos los aspectos de tu vida. Para mí, además, es primordial tener en cuenta a todos los seres sintientes -incluyendo a otros seres humanos- y también al medio ambiente. Por eso, te invito a que cambies tu relación con la ropa no solo rechazando el uso de pieles o lana; sino buscando también moda sostenible.
Respecto a la experimentación con animales, lo fundamental es rechazar (siempre en la medida de lo posible) cualquier tipo de producto que haya implicado un sufrimiento animal.
Para luchar contra el especismo a nivel individual la información es poder. Te recomiendo echar un vistazo a nuestra selección de libros veganos y pasarte por nuestro blog para aprender más sobre animalismo, ecología y sostenibilidad.
¿Qué puedo hacer desde el punto de vista colectivo?
Si además de actuar de forma individual, también quieres hacerlo de forma colectiva puedes optar por brindar información a las personas que te rodean.
Para ello, tienes dos vías: el activismo o la oferta de alternativas.
Si te decantas por el activismo, tu objetivo debe ser informar a otras personas sobre la situación de explotación que sufren los animales no humanos. Puedes compartir información, recomendar documentales o, si lo prefieres, participar en cualquiera de las actividades de concienciación que organizan los grupos de activismo vegano.
La otra opción es ofrecer alternativas, es la que trabajamos principalmente desde Veganos Madrid. Esta táctica se basa principalmente en poner el foco en todas las opciones que pueden disfrutarse en vez de ser partícipes de la explotación animal. Por ejemplo, compartir recetas veganas con nuestros seres queridos, llevarles a comer a nuestros restaurantes favoritos, mostrarles formas conscientes de consumir, etc.
Tania Lorenzo es periodista y ha trabajado en todo tipo de sectores, incluyendo moda, cultura, estilo de vida y alimentación. Su experiencia y, en especial, su perrita Jara y sus dos gatos Mardy y River le hicieron darse cuenta de que los animales también son personas y lo necesario que es darles voz.